Una persona que se contagia con la variante ómicron del covid-19 puede generar inmunidad ante las mutaciones anteriores del virus, pero no está claro si pueda generar el mismo efecto para cepas futuras o ante la misma ómicron, es decir que no se sabe si puede  enfermarse nuevamente con esta variante o cualquier otra.

La semana pasada la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, aseguró que ómicron, sin duda, “nos ha sobrepasado”. Esto en referencia al aumento en un 5.6 por ciento las muertes en comparación a la semana anterior, a pesar de la reducción en el número de infecciones.

Lo que sucedió, dijo Etienne, fue que la relajación de las medidas –como el uso de mascarillas, los viajes y las reuniones en lugares cerrados–, ante la expectativa que ómicron se pareciera más a un resfriado, generaron las condiciones ideales para la propagación del virus. “Cuando llegó ómicron, no utilizamos todas las herramientas disponibles para frenar la propagación y prevenir las infecciones”, señaló.

Hasta ahora, los síntomas de la variante ómicron han sido descritos en: dolor de cabeza, dolor de garganta, dolor muscular, fatiga extrema, fiebre, ritmo cardiaco elevado y tos. Esto ha llevado a que la cepa sea mencionada constantemente como “leve”, sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido precaución ante esta afirmación.

Al tiempo que se ha ido expandiendo por el mundo, se ha conocido que ómicron es más contagiosa que las variantes anteriores, que puede evadir respuestas inmunes ya sea por infecciones o por vacunas y que la enfermedad que provoca es menos agresiva en personas vacunadas.