Es engañoso decir que Nicaragua no accedió a vacunas por el acaparamiento de los países ricos

Si bien es cierto que los países ricos del mundo, entre estos Estados Unidos y Canadá, acapararon millones de dosis de vacunas contra la covid-19 que incluso superaban el número de sus poblaciones, no es esta la única razón por la que Nicaragua no ha logrado acceder al medicamento para inmunizar a sus habitantes, como dijo el representante de este país en la Organización de Estados Americanos (OEA) este 10 de noviembre.

“Muchos países pobres no podemos acceder a vacunas porque muchos países acapararon vacunas con sus grandes recursos, negándole el acceso a los países pequeños como el mío”, dijo Arturo McFields, representante de Nicaragua en la OEA, en una sesión de discusión que sostuvo el organismo.

El acaparamiento sí representó un problema serio para los países de ingresos bajos y medios, ya que las grandes naciones suscribieron contratos con las farmacéuticas para asegurarse millones de dosis más de las que necesitaban. Por ejemplo, Estados Unidos para marzo ya tenía asegurado cubrir a 400 millones de personas, es decir casi 70 millones más que la población total del país.

Un informe del Centro de Políticas de Salud de la Universidad de Duke, reveló que en abril de este año, las naciones que representan el 16 por ciento de la población mundial tenían el 53 por ciento de todas las dosis compradas. “Un pequeño número de países y regiones de ingresos altos y medios, incluidos Estados Unidos, Reino Unido, la Unión Europea, China e India, representan la mayoría de las vacunas COVID-19 administradas hasta el momento”, según detalló el informe.

En este sentido, el acaparamiento fue una realidad que afectó de golpe a las naciones empobrecidas. De hecho, el presidente costarricense, Carlos Alvarado, fue uno de los mandatarios de la región centroamericana que más presionó para que las vacunas se distribuyeran equitativamente e incluso denunció, a finales de abril, que cuando su país pidió la aceleración de la llegada de más dosis, “uno de los cuellos de botella es el compromiso que tienen muchas empresas de cumplir sus contratos con estos países (ricos), los que tienen la mayor cantidad de vacunas y eso lo hemos denunciado en foros internacionales”.

A pesar de esta realidad, en Nicaragua nunca se conocieron datos sobre retraso en la compra de vacunas, pese a que el país suscribió préstamos millonarios para cumplir sus metas de inmunización. El plan de vacunación en Nicaragua ha avanzado por medio de donaciones, principalmente a través del mecanismo Covax —una plataforma creada por diversas organizaciones, entre estas la Organización Mundial de la Salud (OMS) para garantizar precisamente el acceso equitativo de las vacunas a los países con menos recursos— que ha entregado y sigue entregando a Nicaragua millones de dosis de diferentes tipos de vacunas, donadas por países como Estados Unidos, España, Canadá, entre otros.

Entre enero y septiembre, Nicaragua recibió desembolsos de préstamos de diversos organismos multilaterales por un total de 880.8 millones de dólares, según el informe Estado de la Economía y Perspectivas publicado en octubre por el Banco Central de Nicaragua (BCN). De estos, gran parte fueron otorgados para comprar vacunas, como los 100 millones de dólares que prestó en abril el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) dirigido a financiar el proyecto “Apoyo para la Implementación del Plan de Despliegue de Vacunación y Atención de la COVID-19 en Nicaragua”, según las autoridades del país. Con ese dinero, el gobierno pretendía adquirir vacunas para inmunizar a 3.27 millones de nicaragüenses, que era la meta original de inmunización del Ministerio de Salud (Minsa) pero hasta ahora no hay información del uso de este dinero.

No se sumó a los llamados organizados para dejar de acaparar

Nicaragua ha sido señalada por organismos de salud internacional, como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de manejar de forma discrecional la pandemia, incluso de ocultar datos de contagios y muertes, mismos que contrastan con los que recoge semanalmente el Observatorio Ciudadano Covid-19. 

De igual forma, a pesar de hacer el reclamo ahora del acaparamiento, el país no se sumó formalmente a las iniciativas que surgieron tanto en la región como a nivel mundial para denunciar esta práctica de los países ricos. Los presidentes de Costa Rica (Carlos Alvarado), Argentina (Alberto Fernández), México (Andrés Manuel López Obrador), Uruguay (Luis Lacalle Pou), Bolivia (Luis Arce), Ecuador (Guillermo Lasso) y el Primer Ministro de Jamaica (Andrew Holness) suscribieron un pronunciamiento que alertaba sobre la distribución desigual de las vacunas en el mundo.

“La desigualdad en el acceso a productos y tecnologías sanitarias no es un fenómeno nuevo. Debemos aprender de las lecciones que nos dejó el VIH en la década del 90 y superar los retos que generan las negociaciones bilaterales, la falta de un poder de negociación unificado frente a los procesos de adquisición, las restricciones a las exportaciones y los derechos de propiedad intelectual que limitan de manera crítica la llegada de las vacunas a todos los países”, dijeron en su carta los presidentes y el primer ministro.

El último punto que mencionan los jefes de estado fue otra de las iniciativas que surgieron para que Organización Mundial del Comercio (OMC) anulara temporalmente las reglas de propiedad intelectual de los medicamentos y vacunas desarrolladas contra la covid. La iniciativa surgió desde diferentes espacios, como expresidentes, premios nobel de la paz, pero además casi 60 países se sumaron. No se conoció que Nicaragua lo haya hecho.

Las primeras compras que realizó Nicaragua de vacunas fueron a la Federación Rusa, a  inicios de mayo. Fueron 1.9 millones de dosis de Sputnik V y posteriormente suscribieron otro acuerdo para adquirir más de este fármaco y Sputnik Light pero no brindaron información del monto total. Ambas se siguen aplicando a los y las nicaragüenses. Sin embargo, el mayor número de vacunas que el país ha recibido han sido donadas por medio de Covax, que ha entregado Covishield, AstraZeneca, Pfizer y Sinopharm al país para inmunizar a distintos segmentos.

Pese a que las declaraciones del delegado en la OEA sobre los países acaparadores son ciertas, no es excusa para que Nicaragua continúe rezagada en la cola de los estados con menor número de población vacunada en la región, como ha dicho en diversas ocasiones la OPS señalando el manejo discrecional de la pandemia: primero con los contagios y muertes y ahora con la vacunación.